En una conferencia de prensa convocada por la candidata común por Morena a la presidencia municipal de Omitlán de Juárez, Martha Belem Oliver, se abordó un preocupante incidente de violencia de género ocurrido la semana pasada. La denuncia se centró en el candidato del Partido del Trabajo (PT) al Senado, Damián Sosa Castelán.

Oliver,  repudió los actos dirigidos hacia Sosa Castelán y afirmó que tomará las acciones pertinentes ante esta situación. La candidata relató los eventos que llevaron a este repudio en una transmisión en vivo, detallando que todo comenzó durante una gira de promoción del voto en San Antonio el Paso, en el municipio de Omitlán.

El discurso del candidato del PT, aparentemente sin incidentes, tomó un giro desafortunado cuando abordó el tema de las candidaturas en las 84 presidencias municipales, relacionándolas de manera inapropiada con la misoginia, según algunos asistentes.

La solidaridad hacia Oliver fue notoria durante la conferencia, donde miembros de su partido se unieron bajo el lema "si tocan a una, respondemos todas". Este gesto dejó claro que la lucha contra la violencia de género en el ámbito político es una causa que no se enfrenta en soledad.

La candidata morenista destacó la necesidad de confrontar la visión discriminatoria que Sosa Castelán parece sostener, una que sugiere que solo los hombres pueden aspirar a ciertos cargos políticos. Oliver instó al candidato del PT a disculparse públicamente, subrayando la importancia de establecer un precedente donde los derechos políticos de las mujeres no sean vulnerados.

Enfatizó que las mujeres tienen todo el derecho a ejercer su participación política sin temor a ser recriminadas o menospreciadas. Es fundamental, según Oliver, que se fomente un ambiente político inclusivo y respetuoso, donde todas las voces sean escuchadas y valoradas por igual.

La conferencia concluyó con un llamado a la unidad entre las mujeres políticas y a seguir adelante en la lucha por la igualdad de género en todos los ámbitos de la sociedad, recordando que la violencia de género no tiene cabida en un sistema democrático que aspira a representar a todas y todos por igual.