Este martes se cumplen 79 años desde que una bomba atómica destruyó la ciudad de Hiroshima, Japón. En el Parque Conmemorativo de la Paz, se celebró una ceremonia solemne para recordar a las víctimas de aquel devastador evento.

A la ceremonia asistieron el primer ministro japonés, Kishida Fumio, y representantes de 109 países, incluidas potencias nucleares como Estados Unidos y el Reino Unido. En el interior de un cenotafio en el parque se colocó una lista actualizada de las víctimas de la bomba atómica, que ahora incluye los nombres de quienes sobrevivieron al bombardeo pero murieron en los últimos 12 meses. Esta lista supera ya los 340,000 nombres.

A las 8:15 a. m., hora exacta en que la bomba fue arrojada en 1945, se guardó un minuto de silencio en honor a las víctimas. La atmósfera de la ceremonia estuvo marcada por una mezcla de solemnidad y reflexión sobre el pasado y el presente.

Este año, la conmemoración se produce en medio de crecientes temores sobre el posible uso futuro de armas nucleares. Los conflictos mundiales actuales, incluida la prolongada invasión rusa de Ucrania, han cimbrado el orden internacional, haciendo que el camino hacia la abolición y el desarme nuclear parezca cada vez más lejano.

La edad promedio de los supervivientes del bombardeo supera los 85 años. Con el paso del tiempo, será cada vez más difícil para ellos abogar por la paz y mantener viva la memoria de los horrores de la guerra nuclear.

Durante su discurso, el primer ministro Kishida subrayó la importancia de recordar el trágico evento y trabajar incansablemente hacia un mundo libre de armas nucleares. "El camino hacia la paz es largo y arduo, pero no debemos desistir", afirmó Kishida.

La presencia de representantes de numerosas naciones, incluidas aquellas que poseen armas nucleares, subraya la importancia global del evento. La ceremonia no solo es un recordatorio de las tragedias del pasado, sino también una llamada a la acción para evitar que tales horrores se repitan en el futuro.

Con información de SNK