En un acto de intolerancia, un grupo de aproximadamente 70 evangélicos, incluyendo menores de edad, adultos mayores, hombres y mujeres, fueron desterrados de la comunidad de Coamila por católicos, con presunto respaldo de autoridades delegacionales. La razón detrás de esta expulsión fue la negativa de los protestantes a contribuir económicamente y a participar en faenas comunitarias, como parte de los usos y costumbres de la localidad.

Según información proporcionada por la Dirección de Seguridad de Huejutla, los evangélicos afectados se vieron obligados a refugiarse temporalmente dentro de la presidencia municipal de Huejutla debido a la intolerancia religiosa que enfrentaron. Se informó que sus viviendas e iglesia fueron cercadas con alambre de púas por los inconformes, lo que llevó a los evangélicos a abandonar la comunidad para evitar enfrentamientos adicionales con las familias católicas locales.

Los afectados han señalado que han enfrentado esta situación durante varios meses, y que tanto el ayuntamiento local como la subsecretaría de Gobierno en la Huasteca tenían pleno conocimiento de ello, pero no han brindado ninguna solución al respecto. Esta falta de acción por parte de las autoridades derivó en acciones drásticas en contra del grupo religioso que practica otra fe.

Este incidente pone de relieve la urgencia de abordar y combatir la intolerancia religiosa en México, así como la necesidad de proteger los derechos fundamentales de libertad de religión y culto de todos los ciudadanos.