Durante la madrugada de este lunes, dos bardas perimetrales de los centros educativos Justo Sierra en las localidades de Teacal y Tepexiritla, pertenecientes al municipio de Huejutla, colapsaron parcialmente, según informaron autoridades locales. Afortunadamente, estos incidentes no dejaron personas lesionadas, aunque los daños materiales se estiman en más de 30 mil pesos.

El reblandecimiento de la tierra, causado por las intensas lluvias torrenciales que han azotado este y otros municipios de la Huasteca, fue el principal factor que provocó estos derrumbes. Además, se han reportado deslaves de tierra y lodo que han afectado parcialmente algunas viviendas en la región, aumentando la preocupación entre los residentes.

En relación al derrumbe parcial de la barda de la escuela primaria Justo Sierra en Teacal, el subdirector de este centro educativo de nivel básico, explicó que debido a esta situación y al mal tiempo, más de 200 alumnos y alumnas no pudieron asistir a clases. La seguridad de los estudiantes es una prioridad, por lo que se decidió suspender las actividades escolares hasta nuevo aviso.

“Estamos a la espera de que las autoridades locales se acerquen para evaluar la situación y determinar las medidas de apoyo necesarias para resolver este riesgo”, señaló el subdirector. La comunidad educativa de Teacal espera una pronta respuesta de las autoridades para garantizar la seguridad de los escolares y restablecer las actividades educativas lo antes posible.

En Tepexiritla, el panorama es similar. La barda perimetral del centro educativo Justo Sierra también sufrió un colapso parcial, afectando la estructura del recinto. A pesar de que no se reportaron heridos, la comunidad está preocupada por los posibles riesgos que este tipo de incidentes puede traer, especialmente en una zona que ha sido recurrentemente afectada por las lluvias.

Las autoridades municipales han sido alertadas y se espera que en las próximas horas se tomen acciones para evaluar y mitigar los daños. Mientras tanto, los habitantes de estas localidades permanecen en alerta, vigilando de cerca el estado de sus viviendas y las infraestructuras públicas.